El Foro Iberoamericano de la Mipyme, cuya sexta edición tendrá lugar el próximo mes de diciembre en Medellín, se está afianzando como un espacio estratégico en la región en el que debatir sobre la realidad a la que se enfrentan las peque- ñas y medianas empresas en sus respectivos países.
Y es que las Mipymes representan la mayor parte del sector empresarial y del empleo formal de la región. Son una parte esencial de la sociedad y el motor de la economía iberoamericana, y ayudar- las requiere un proceso de transformación que debe ser innovador, digital, sostenible, transversal y duradero, y que fomente la educación, la formación y la retención del talento como palan- cas para mejorar la situación de este tipo de empresas desde su creación.
El VI Foro Iberoamericano de la Mipyme tiene un claro objetivo y es mantener un diálogo público-privado real en el que analizar los obstáculos, retos y desafíos con los que se encuentran estas empresas y tratar de proponer las medidas más eficaces que les permitan seguir aportando estabilidad y crecimiento al tejido empresarial iberoamericano, reduciendo sus debilidades y potenciando sus fortalezas.
En alguna ocasión se ha mencionado que las pymes están en boca de todos, pero en manos de muy pocos, y es que si no se piensa en ellas y se les presta el apoyo que necesitan, será muy difícil que Iberoamérica progrese. No hay que olvidar además que las pequeñas y medianas empresas tienen serias dificultades para lograr financiación, por lo que es fundamental tomar medidas para salvaguardarlas, empezando por buscar soluciones a la informalidad laboral y a la falta de acceso al crédito.
Uno de los grandes obstáculos radica también en la imposibilidad de adquirir escala y volumen de negocio; por lo que se encuentran ante el enorme desafío de depender de factores externos al contar con menos recursos, tanto humanos como materia- les, para desarrollar sus estrategias empresariales. Además, el marco legislativo y administrativo en el que conviven no es precisamente el más favorable ni el más flexible. Por este motivo, es tan importante fomentar la colaboración a todos los niveles, permitiendo que la gran empresa se nutra de la dinámica emprendedora y la fluidez, la agilidad y el dinamismo de las Mipymes; y, por el otro, es necesario que las startups y la joven empresa tenga la posibilidad de adquirir escala y volumen de negocio, que son algunas de las grandes barreras para el ecosistema emprendedor iberoamericano. Y es que, a veces el crecimiento no tiene los incentivos correctos.
Otro factor a tener muy en cuenta es la digitaliza- ción. En los últimos años hemos comprendido la necesidad que todos tenemos de ser digitales, tanto individual como colectivamente, y que no sobreviven los más fuertes, sino los que mejor se adaptan al entorno; al entorno digital en este caso. Necesitamos y queremos una transformación digital inclusiva, dado que el acceso a la tecnología digital es clave para hacer frente a las brechas productivas. Y no podemos obviar que el emprendimiento, la educación y la innovación son tres pilares indiscutibles para acometer este reto.
Debemos apostar por liderazgos más solidarios y eficientes, que incorporen siempre el diálogo y la cooperación colectiva. El espacio iberoamericano es una comunidad de cooperación horizontal con enorme potencial para impulsar más y mejores empresas; y es una plataforma idónea para impulsar el comercio intrarregional, siendo crucial su despegue definitivo para lograr el desarrollo.
En definitiva, no hay empresas grandes ni pequeñas, lo importante es saber identificar las oportunidades y aprovecharlas, apoyándose en esquemas colaborativos con otros agentes que puedan ayudar a que crezcan. Y ésta es una labor de todos.
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